En el corazón de Larimar City & Resort se erige el Maraluna Beach Club, un espacio concebido para fundirse con el entorno y devolverle al visitante algo esencial: la capacidad de respirar con calma y disfrutar del presente. Aquí, el horizonte se confunde con la inmensidad del cielo, el agua acaricia los sentidos y la brisa tropical susurra un verano eterno.
Maraluna no es solo un club de playa: es un escenario donde arquitectura y naturaleza se dan la mano. Un refugio en el que los colores cálidos, la vegetación y la luz del Caribe dialogan con un diseño pensado para acompañar, no para imponerse. En este lugar, cada textura, cada línea y cada material han sido elegidos para celebrar la identidad del Caribe y transmitir serenidad.
El concepto central detrás de Maraluna es la “experiencia dual”. Durante el día, el club se presenta como un oasis de relajación: hamacas frente al mar, piscinas que se abren al horizonte y espacios concebidos para el descanso o la socialización bajo la sombra de las palmeras. Con la llegada de la noche, el mismo escenario se transforma en un ambiente sofisticado, vibrante y sensorial, donde la música en vivo y el gran escenario central invitan a celebrar bajo las estrellas.
Maraluna es, en esencia, un espacio que se adapta a los ritmos de la vida, ofreciendo al visitante la libertad de elegir cómo y cuándo vivirlo.
Uno de los principios que definen el diseño del Beach Club es su arquitectura abierta, ligera y permeable. Las transiciones entre interior y exterior son tan suaves que parecen inexistentes: los límites se difuminan, y de pronto el mar, el viento y la vegetación forman parte inseparable de la experiencia.
Este planteamiento no solo busca belleza, sino también bienestar. Estar en Maraluna significa vivir en conexión con la naturaleza, sentir cómo el espacio respira con el entorno y cómo la arquitectura acompaña, sin interrumpir, el flujo natural de los elementos.
Las pérgolas de acceso, las plataformas que organizan el espacio y las piscinas en diferentes niveles muestran un diseño que piensa en la funcionalidad sin renunciar a la estética. Cada elemento ha sido concebido para aportar confort, sombra, frescura y amplitud, al tiempo que construye una atmósfera acogedora y envolvente.
La elección de materiales refuerza esa integración con el entorno. La piedra coralina aporta frescura y resistencia; la madera tropical conecta con lo artesanal y lo local; y la cerámica hecha a mano añade calidez y detalle en zonas húmedas y decorativas.
La paleta cromática, arenas, blancos, ocres, verdes y turquesas, refleja la esencia del Caribe. No son colores impuestos, sino extraídos del propio paisaje, como si el club siempre hubiese estado allí, aguardando a ser descubierto.
Maraluna Beach Club no es solo un lugar de ocio, es un espacio pensado para el bienestar y el wellness. El contacto directo con la naturaleza, el agua y la luz natural, unido a la posibilidad de disfrutar de experiencias compartidas, convierte al club en un enclave único para reconectar.
Aquí, la arquitectura no solo construye espacios, sino que crea momentos memorables: un almuerzo con amigos bajo las pérgolas, un descanso solitario frente al horizonte, o un atardecer vibrante al ritmo de la música en vivo. Maraluna busca que cada visitante encuentre un lugar donde cuidarse, disfrutar y sentirse parte de una comunidad.
Si quieres conocer otro espacio diseñado con esta misma visión, descubre La Casa Club de Larimar, otro de los puntos de encuentro más emblemáticos del resort.
Dentro del masterplan de Larimar City & Resort, Maraluna Beach Club se erige como uno de sus espacios icónicos. Representa el lujo relajado, la vida social y el contacto con la naturaleza que definen la filosofía del proyecto. Es un atractivo turístico, un valor añadido para la inversión inmobiliaria y, sobre todo, una seña de identidad que diferencia a Larimar en el Caribe. Conoce más sobre este proyecto, te recomendamos que leas nuestra noticia sobre “Invertir en Punta Cana en 10 pasos”.
Al integrar ocio, diseño y bienestar, el club aporta dinamismo al conjunto de la ciudad y se convierte en un catalizador de comunidad. En Larimar no se construyen solo viviendas, se construye un estilo de vida, y Maraluna es uno de sus grandes protagonistas.
Para su arquitecta diseñadora, Dailín González Machín, Maraluna Beach Club representa un reto y un privilegio. Concebir un espacio tan emblemático en Punta Cana, dentro de un proyecto urbano pionero como Larimar City & Resort, ha sido la oportunidad de aplicar una visión arquitectónica sensible, que mira tanto al entorno como a las personas.
“Diseñar Maraluna ha significado demostrar que la arquitectura puede mejorar la vida, crear identidad y dejar huella en un territorio. Para mí, este proyecto es más que un espacio: es un legado que refleja cómo el diseño puede convertirse en bienestar, cultura y comunidad.”
Por el Departamento de Arquitectura
Dailín González Machín
Arquitecta
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