¿Quién es Eduardo Mesas?

Me llamo Eduardo Mesas. Hace ya 9 años, con 27 recién cumplidos, un título de Arquitecto bajo el brazo y un casco que me venía más grande que mi experiencia, puse rumbo a Bolivia. Dejaba atrás mi zona de confort para lanzarme de lleno a un país nuevo, con formas distintas de trabajar, nuevas culturas… y también nuevas alturas (literalmente). Mi primera visita fue a una torre de 80 metros, donde ya estábamos ejecutando la cubierta en la planta 20. Entre planos y algo de vértigo por el viento que soplaba aquel día, entendí que ahí empezaba algo grande.

¿Cuál es tu rol dentro de CLERHP?

Durante los primeros seis años, me centré en la captación de clientes y la asistencia técnica en obra, aprendiendo desde la base qué significa dar soporte real al equipo de campo. Y también qué significa comer con planos sobre el capó del coche y resolver detalles técnicos con señal limitada de WhatsApp y reuniones por Skype con el resto de compañeros en España. Pero se aprendía mucho. Muchísimo.

Recuerdo con nostalgia —y alguna que otra ojera— observar cómo se realizaban los montajes y telescopajes nocturnos de grúas, revisar armaduras bajo los focos o con la linterna del móvil donde no llegaba la luz, y elaborar propuestas económicas mientras el hormigón seguía fluyendo. Fue exigente, pero también adictivo. Esa mezcla de técnica, presión y rock and roll es la que me enganchó… y aún lo hace.

Con el tiempo, mi rol fue evolucionando y hoy reparto mi actividad entre España y República Dominicana como técnico-comercial. Acompaño a nuestros clientes desde el primer “Hola, mucho gusto en conocerle” hasta el cierre del contrato y el seguimiento de obra, atendiendo dudas, proponiendo soluciones y, sobre todo, construyendo relaciones de confianza. Porque si algo valoramos en Clerhp es que un cliente vuelva a llamarnos: los clientes recurrentes son el mayor reconocimiento a un trabajo bien hecho.

¿Qué fue lo que te apasionó de Larimar City & Resort?

Hoy intento volcar todo ese conocimiento en Larimar, con un enfoque global: optimizar diseños, controlar costes y aportar soluciones técnicas eficaces. Es apasionante formar parte de un proyecto que no solo construye viviendas, sino que está creando una nueva ciudad, donde cada decisión sea meditada, consensuada y sume en la dirección correcta.

Y por supuesto, no puedo cerrar sin agradecer al equipo directivo de Larimar por haber confiado en mí cuando apenas comenzaba mi vida laboral y aún me peleaba con algunas fórmulas de Excel. Me han acompañado y guiado durante todos estos años. Soy consciente del tiempo que han invertido en mi formación, y solo espero seguir devolviendo todo ese esfuerzo con trabajo, compromiso y —por qué no— alguna que otra risa por el camino.

Gracias por estos 9 años. Y que vengan muchos más… con el casco ya más ajustado.

Por el Eduardo Mesas 

Departamento Técnico

Ingeniero

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