La importancia de estar en obra:

cómo la presencia directa del ingeniero garantiza el éxito en proyectos internacionales

Como ingeniero desplazado en CLERHP he tenido la oportunidad de trabajar en distintos países de Latinoamérica: Bolivia, Paraguay y República Dominicana. Cada experiencia me ha demostrado que la presencia en obra no es un complemento, sino una necesidad estratégica para asegurar la calidad, cumplir con los plazos y transmitir confianza tanto a clientes como a inversores.

A lo largo de mi carrera he podido comprobar que estar en obra cambia por completo la dinámica de un proyecto. No se trata solo de supervisar estructuras, sino de anticipar problemas, tomar decisiones inmediatas, reforzar la comunicación con equipos locales y estrechar la relación con quienes confían en nosotros. En este artículo quiero compartir mi experiencia personal y profesional, y explicar por qué considero que la figura del ingeniero desplazado marca la diferencia en el sector de la construcción internacional.

Mi primera experiencia: Bolivia

Mi primer destino como ingeniero desplazado fue Bolivia, con residencia en Santa Cruz de la Sierra. Hasta entonces mi experiencia era principalmente técnica, pero fue allí donde descubrí lo que significa vivir la ingeniería en toda su dimensión.

Desde el primer momento me enfrenté a la magnitud real de un proyecto: el vertido del hormigón, el olor a humedad y acero, los sistemas de encofrado enviados desde España, las grúas dominando el paisaje… Todo aquello que en los planos parecía abstracto, en obra cobraba vida. Y con ello, también descubrí la importancia de estar físicamente presente.

No fueron meses sencillos. La presión por estar a la altura de la oportunidad y el ritmo propio de la obra exigían mucho más que conocimientos técnicos. Requerían capacidad de reacción, adaptación constante y liderazgo. La llegada de la pandemia por COVID-19 complicó todavía más la situación: confinamientos, vuelos cancelados y la distancia de mi familia. Pero incluso en medio de esa incertidumbre, confirmé que estar sobre el terreno era la clave para que los proyectos no se detuvieran.

En Bolivia aprendí que un problema en obra, si se aborda en persona, se resuelve en cuestión de minutos. Lo que de manera remota podría tardar días, en el terreno se soluciona de inmediato. Esa inmediatez marca la diferencia y evita retrasos costosos.

Paraguay: consolidación de experiencia y cercanía

En 2020 tuve la oportunidad de dar el salto a Paraguay. Allí el contexto era distinto, pero la lección fue la misma: la cercanía con el equipo local y con los clientes es irremplazable.

En este país comencé a asumir un rol más activo, combinando la parte técnica con la comercial. Estar allí me permitió comprobar que, más allá de las diferencias culturales, todos compartíamos el mismo objetivo: que la obra avanzara y cumpliera con los estándares más exigentes.

Pude trabajar codo a codo con compañeros locales y también con técnicos desplazados desde España. Ese contacto directo nos permitió resolver situaciones complejas con rapidez y generar un clima de confianza que sería imposible transmitir a través de llamadas o correos electrónicos.

De Paraguay me llevé algo fundamental: la certeza de que la relación humana es un pilar clave en cualquier proyecto internacional. El ingeniero desplazado no solo garantiza que el diseño se ejecute correctamente, también se convierte en el enlace directo entre cliente, promotor y equipos de trabajo.

República Dominicana: proyectos de alto impacto

Tras una pausa por paternidad, en 2023 volví a incorporarme al equipo desplazado, esta vez en República Dominicana. Este país representa uno de los mayores retos y, al mismo tiempo, una de las mayores satisfacciones de mi carrera.

República Dominicana es un territorio en pleno desarrollo, con grandes oportunidades en el sector de la construcción. Sin embargo, el ritmo de trabajo es diferente y adaptarse a esa dinámica requirió paciencia y flexibilidad. Lo que en otros contextos se ejecuta de forma acelerada, aquí se vive con un enfoque más pausado, lo que me obligó a replantear mi manera de gestionar tiempos y prioridades.

Uno de los hitos más destacados en este país ha sido la participación en Larimar City & Resort, la primera smart city de República Dominicana. Estar sobre el terreno ha sido esencial para estrechar lazos con inversores y promotores, generar confianza y dar respuesta inmediata a los desafíos propios de un proyecto de esta magnitud.

En este entorno confirmé que entregar un presupuesto en persona, discutir planos directamente con el cliente o recorrer la obra juntos no son simples formalidades: son gestos que transmiten compromiso, seriedad y cercanía. Esa interacción cara a cara construye relaciones duraderas y diferencia a CLERHP de otras compañías del sector.

Lecciones aprendidas en el terreno

Cada país me ha dejado aprendizajes que han moldeado mi forma de entender la ingeniería internacional. Algunas de las más relevantes son:

  1. Resolución inmediata de problemas
    • En obra, los imprevistos son inevitables. Lo importante es la rapidez con la que se gestionan. La presencia directa permite reaccionar en minutos y evitar consecuencias mayores.
  2. Generación de confianza con el cliente
    • Los clientes valoran la cercanía. Saber que detrás de cada plano hay un ingeniero que da la cara, explica y acompaña transmite tranquilidad y profesionalismo.
  3. Coordinación eficaz con equipos locales
    • La comunicación fluida con el personal en obra asegura que los estándares internacionales se cumplan en cada detalle. La distancia, en cambio, suele generar malentendidos y retrasos.
  4. Adaptación cultural
    • Cada país tiene su propio ritmo, su normativa y su manera de trabajar. Estar allí permite comprender y respetar esas particularidades, integrando lo mejor de cada contexto en el proyecto.
  5. Reforzamiento de la marca CLERHP
    • Nuestra presencia directa en obra nos diferencia. Los clientes perciben un “plus” en la manera en que acompañamos cada fase del proyecto, y eso se traduce en confianza y reputación a largo plazo.

El valor estratégico del ingeniero desplazado

 

 

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que lo que verdaderamente marca la diferencia no son solo los conocimientos técnicos, sino la capacidad de estar presente. La ingeniería se vive en los planos, sí, pero se consolida en el terreno.

La figura del ingeniero desplazado aporta:

  • Garantía de calidad, al supervisar cada etapa en persona.
  • Agilidad en la toma de decisiones, resolviendo en tiempo real.
  • Cercanía con el cliente, generando relaciones basadas en confianza.
  • Mayor respaldo a los equipos locales, que sienten apoyo constante.
  • Comunicación sin barreras horarias ni culturales, que asegura fluidez en todo momento.

Por todo esto, estoy convencido de que este modelo no solo debe mantenerse, sino que seguirá creciendo en los próximos años.

Retos y sacrificios

No todo ha sido fácil. Estar lejos de la familia, adaptarse a ritmos de trabajo distintos y enfrentarse a imprevistos lejos de casa son desafíos diarios. Sin embargo, cada dificultad se ha convertido en una oportunidad de aprendizaje.

He desarrollado habilidades que, de otra forma, habrían tardado más en consolidarse: flexibilidad, empatía, resiliencia y liderazgo. Y, sobre todo, la certeza de que el valor humano es tan importante como el técnico en cualquier proyecto de construcción.

Recomendación a nuevos ingenieros

Si tuviera que dar un consejo a ingenieros jóvenes que estén considerando una experiencia internacional, les diría que no lo duden. Salir de la zona de confort, vivir otra cultura y enfrentarse a retos reales transforma tanto en lo personal como en lo profesional.

La obra es una escuela incomparable: enseña a tomar decisiones bajo presión, a trabajar en equipo con personas de diferentes orígenes y a ver el impacto real de cada plano y cada cálculo. Es un aprendizaje acelerado que aporta una visión global imposible de adquirir desde la distancia.

Conclusión

Después de recorrer miles de kilómetros, supervisar innumerables planos y entregar presupuestos en persona, estoy convencido de que el éxito de los proyectos internacionales se construye sobre el terreno.

Estar en obra significa anticiparse, resolver, acompañar y transmitir confianza. Significa reforzar la marca CLERHP en cada decisión y garantizar que nuestros clientes e inversores perciban la seriedad y compromiso que nos define.

La ingeniería se proyecta desde los planos, pero se vive en el terreno. Y esa vivencia es, sin duda, la clave del éxito de nuestros proyectos internacionales.

Por Álvaro Palazón

Departamento Técnico

Ingeniero Civil

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